lunes, 9 de enero de 2012

Y al fin pude jugar al TEG

Si, si, puse jugar al TEG, pero no con la gente que esperaba. No nos pudimos juntar con las chicas, pero manteniendo mi juramento, yo no voy a mover un pelo para organizar. De todas formas hoy hacía mucho calor para ir (notese la excusa pelotuda que acabo de dar, siendo que aunque este lloviendo fuego hubiera ido igual)

Entre calores, transpiración, mal humor, sed (no volvió el agua) y cortes de luz (si eso también, me cago en epec y en todos los que trabajan ahí), a mi hermano menor se le ocurrió querer jugar al Monopoly. Como ese juego me tiene repodrida, le ofrecí que jugáramos al TEG. Desesperado por sacarse el aburrimiento aceptó y trajo el tan ansiado juego de mesa. Con el ejército blanco y el objetivo de conquistar América Central y Asia, comencé a formar mi plan de estrategia (que consitió en ir improvisando sobre la marcha). Mi hermano menor, con el equipo verde, fue fácil de esquivar, ya que estaba tan absorto con su objetivo que no se daba cuenta que me estaba aproximando a ganar.
Ya tenía conquistada América Central y casi toda Asia, sólo me faltaba Japón, que estaba en posesión de mi madre. Su equipo rojo fue muy difícil de vencer. Parecía que tenía toda la suerte del mundo.

Al final sólo le quedaba una ficha a este país y era cuestión de tiempo que ganara... y así fue.

Me levanté invicta, dando un grito de victoria y haciéndole "chiva chiva" a mi hermano.

Bueno ya, la verdad es que hice un poco de trampa al final, pero nada raro :D

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